¿La magia negra se asocia con el satanismo?

Cuando hablamos de la magia en general, nos daremos cuenta de que estamos entrando en un campo muy diversificado que no siempre es sencillo de comprender. En el momento en el que una persona conoce magia y que, además, tiene los dones adecuados, la puede hacer funcionar utilizando todo tipo de canales. Desgraciadamente, dependiendo de cada persona, la puede hacer funcionar siempre del lado del bien, o bajo sus propias necesidades siguiendo el camino del mal.

Cuando elige este último camino, se entiende que es un hechizo de magia negra.

No hay nada de malo en intentar encontrar a la persona de nuestros sueños con un hechizo de magia blanca. Sin embargo, si la intentamos retener contra nuestra voluntad, entonces estamos ante un hechizo de “magia negra”.

Normalmente se la asocia con la adoración a los entes oscuros, al Diablo en general.

La verdad sobre la magia negra

La verdad es que la mayoría de los hechizos de “magia negra” se asocian con Satanás, pero esto no quiere decir que todos los rituales sean iguales. Digamos que los hechizos sencillos pueden funcionar cómo la magia blanca, sin ningún tipo de consecuencia.

Sin embargo, en el caso de que haga falta algo más de poder, entonces directamente se establece una conexión directa con Satanás quien sea el encargado de darnos la energía necesaria para formalizar el hechizo.

Se sabe que algunos videntes y brujas trabajan con Satanás, por los que los poderes nacen directamente del ser oscuro. Para poder hacer funcionar estos hechizos, los brujos deben de hacer una serie de rituales y, por supuesto, pagar el precio en el momento justo.

El maleficio más potente de magia negra que existe es aquel que supone un vínculo entre el demonio y la sangre de la persona que está haciendo el hechizo. En otras palabras, el brujo está ofreciendo una parte sagrada de su cuerpo a cambio de un deseo o de cumplir una necesidad. Por lo general, es un tipo de hechizo que no tiene vuelta de hoja y que, si no se cumple con el pacto, podría tener graves consecuencias futuras.

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